Publicaciones:
El Mar de Venus. Editorial Hijos del Hule. Barcelona (2010).
Ferro, el Muñeco de Hojalata que Quería ser un Niño con Corazón. Ediciones Gentle Noise. Barcelona (2011).
La Habitación de los Pájaros. Premio Relatos Románticos (2012). Publicación en antología Ese Amor que Nos Lleva, Ediciones Rubeo. Barcelona.
Microrrelato. (Antología). Epidermis. Barcelona (2012).
De tu boca, el despertar (poemario). Ediciones Carena (2013, Barcelona).
Todas las primaveras son pecado (poemario). Ediciones Carena (2016, Barcelona)


viernes, 13 de enero de 2017




Enroscada





 Desperté al recordar que era tu brazo el que me envolvía.
Respiraste,
y al respirar, sofocaste con tu aliento mis peores pesadillas.
Tenía el tacto de tu piel un júbilo inesperado,
un dulzor en la boca de lluvia y verano.
Me enroscaba en tu lengua interminable como si nunca hubiera amanecido,
y recorrían mis dedos cada una de tus pecas
con un amor anónimo, ilegítimo...
Besé el sueño que aún se acunaba en tu entrecejo,
la tenue sonrisa que descubrías entre las sábanas,
acogí tu deseo voraz con mis piernas,
lo inflamé de luz,
y era tan inmenso tu impulso,
tan feroz e incendiario,
que solo pude clavarte en mis pupilas mientras tanto,
navegando absorta en cada uno de tus suspiros.
Y tú y yo en la batalla,
y tú, agotando el ritmo de mis caderas con tus manos,
y yo, explotando suicida,
en derrota y retirada.

Alba Seoane


Mujer-florero

Yo no soy mujer-florero,
mujer cenicienta, mujer-cenicero.
No soy la que cocina en casa imaginando tu mano bajo mi falda,
algo nuevo que me despierte del sopor cotidiano.
No soy maniquí de moda,
hermoso espejismo que paseas del brazo,
no es mi sexo saco de boxeo,
contenedor vacío,
islote colonizado.
Yo no soy bella durmiente,
indígena civilizada,
princesa que busca rana,
pulcra muñeca de porcelana
que solo contesta una vez al día,
y con la venia, su señoría.
Yo no soy todas esas cosas
que en nombre del amor
tú de mí esperabas.

Sueño

Si siento lo que sueño
entonces ya no es sueño,
es sentimiento,
es lágrima,
es latido,
es corriente sanguínea
regando arterias,
es pesadilla,
es recuerdo.
¿Cómo puedes decir que fue solo un sueño?
Más ilusión fue verte como hidalgo caballero,
devoto y eterno Romeo,
más sueño fue creer en lo que sueño.
Alba Seoane

lunes, 2 de enero de 2017

Clavadito

Llegó el alacrán,
que con una picada certera e inevitable
me levantó todas las costras y capas del invierno.
Oscureció el ocaso con los últimos rayos
y me miró como a sorbos,
desvelando cada uno de mis sueños.
Sus labios eran jugosos y firmes como una fruta,
Como una llamada directa desde el infierno.
Su aguijón estaba siempre al acecho,
listo para la batalla.
Lo llevaba yo clavadito en el ojal,
a punto de traspasarme la piel
y penetrarme el corazón.
Pero hacía frío,
pelusas de algodón me caían como nieve,
y creí que nevaba…
Por un momento, quise robarle los labios con mi propia boca,
aspirando hasta el último de sus pecados.
Me volví animal salvaje y quise redimirlo,
fui presa fácil y dejé mi pecho al descubierto,
con un reguero de sangre que iluminaba su camino a borbotones.
Era una vergüenza ver cómo no pedía ayuda,
cómo simulaba el goce de sentirme cautivada,
entregada de brazos abiertos a un destino sin causa.
Los senos y el vientre me rebosaban como nunca,
No se estaban quietos de tanta alegría,
y mientras, el alacrán, satisfecho con la cacería,
culminaba el más cruel y deseado de todos mis designios.


Alba Seoane
UN DURO INVIERNO

Porque quiero salir a tu encuentro, sin máscaras ni miedo,
porque quiero entender lo que significa el verbo amar más allá del silencio.
Porque tú me esperas, sonriendo en medio de un duro invierno,
Y yo no corro, y yo no puedo

mas que observarte ciega y a lo lejos…

Inmóvil en el hielo.
Porque mis palabras ya no suenan, no son mías en esta boca de misterio.
Porque en medio de esta noche ya no hay pasos ni huellas,
tan solo un camino yermo que espera ser recorrido en secreto.
Y yo lo busco, a cuatro patas,
arrastrando mi cuerpo en tu recuerdo.
Sin saber significar ese miedo que uno siente cuando de repente es verdadero.
Y me voy despojando de todas las muecas,
de esa mi piel de payaso solitario y maltrecho,
Y te encuentro, y te siento, como un fulgor pasajero.
Enséñame a amar, amor, no escapes ante mi silencio.
Porque quizá yo tan solo necesite una esperanza, un credo.
Y si ahora te vas, si me dejas sin esa tu sonrisa que siempre espera,
gélida pero sincera,
entonces, amor, perderé todos los caminos, todos los senderos.
No habrá más luz en este invierno.
Caminaré sola en la noche, apenas con el rumor del viento,
Y nunca veré florecer las rosas encarnadas,
esas que había cultivado en mi pecho.


Alba Seoane

lunes, 4 de abril de 2016


Nuevo poemario "Todas las primaveras son pecado". Proyecto presentado en Verkami para recaudar fondos para su publicación. Todos los mecenas que aporten recibirán su libro o libros según su aportación. Envío por correo postal. Poemario en color y con fotografía profesional.

http://www.verkami.com/locale/ca/projects/14297-poemario-ilustrado-a-color-con-fotografia
Enroscada
Desperté al recordar que era tu brazo el que me envolvía.
Respiraste,
y al respirar, sofocaste con tu aliento mis peores pesadillas.
Tenía el tacto de tu piel un júbilo inesperado,
un dulzor en la boca de lluvia y verano.
Me enroscaba en tu lengua interminable como si nunca hubiera amanecido,
y recorrían mis dedos cada una de tus pecas
con un amor anónimo, ilegítimo...
Besé el sueño que aún se acunaba en tu entrecejo,
la tenue sonrisa que descubrías entre las sábanas,
acogí tu deseo voraz con mis piernas,
lo inflamé de luz,
y era tan inmenso tu impulso,
tan feroz e incendiario,
que solo pude clavarte en mis pupilas mientras tanto,
navegando absorta en cada uno de tus suspiros.
Y tú y yo en la batalla,
y tú, agotando el ritmo de mis caderas con tus manos,
y yo, explotando suicida,
en derrota y retirada.

Alba Seoane

martes, 28 de mayo de 2013


TE LLAMAN LOCO

Te llaman loco,
pero yo solo veo belleza en tu misterio,
ingenio en tus delirios,
encanto en tus silencios.
Te llaman loco,
aquellos que te miran sin verte,
que caminan de espaldas
rodando en el tiempo.
Te llaman loco,
y yo, sin embargo, te quiero.

Alba Seoane

UN NUEVO CIELO
Cuando se hayan caído todas las hojas,
y los árboles desnuden sus cuerpos al viento,
cuando los ríos congelen el agua fresca de tus besos,
y yo me vea junto a la orilla,
bebiendo de tu hielo,
cuando ya no sobrevuele el águila
el amor eterno de nuestro cielo.
Cuando todas las primaveras se marchiten
al reflejarme en tus ojos de invierno.
Solo entonces, amor, me dejaré fluir con el agua
en busca de un nuevo cielo.
Y lo haré sin suspiros pero con recuerdo,
antes de que la soledad me frunza el rostro,
me deje sin misterios.

Alba Seoane

lunes, 18 de marzo de 2013

RESEÑA DE MI PRÓXIMA NOVELA


A DÓNDE VOY SIN MÍ

Novela de ficción pero con tintes autobiográficos donde intento ahondar en lo más profundo del ser humano: en sus miedos, dudas, misterios…
Todo a través de un largo peregrinaje en el tiempo y en diferentes países en los que la protagonista emprenderá una búsqueda implacable de sí misma, asociando el pasado con el presente e intentando entender su historia para acercarse más así a su verdad.
Buscando respuestas a todos sus porqués se encontrará con el pasado de su familia, un pasado trágico pero que le abrirá las puertas de su inconsciente  y que acabará entretejiéndose con su recorrido personal por países, vivencias y amantes.
El resultado será un encuentro sorprendente con ella misma y con todo aquello que creía conocer.

lunes, 4 de marzo de 2013


INEXISTENTE

Empiezo a creer que las historias empiezan como acaban y en nuestro caso todo empezó con un mensaje casual, una cita a ciegas durante una fría noche de lluvia. Tu mensaje parecía inocente, sin demasiadas pretensiones: acababas de llegar y querías conocer gente nueva en la ciudad.
Solo sé que me gustaste en cuanto vi tu foto en aquella página y sí, quise encontrarte. Aquella noche llovía, tú dijiste que llegarías en bicicleta y recuerdo que me preocupé pensando que te estarías mojando con la lluvia. Llegaste con el viento, de forma intempestiva e inesperada, del mismo modo en que me dejarías más tarde.
Al verte, sentí una punzada en el estómago, me enrojecí porque creí reconocerte en algún lugar de mi misma. Tuve la impresión de que hablábamos un mismo idioma, un idioma que nadie más entendía y por un momento la ciudad se detuvo, las luces se apagaron y solo te veía, te veía a ti: mojado y sonriente, con una mirada cristalina y huidiza, como de quien quiere pero teme mirar, alguien que se preserva… Siempre me pregunté si tú sentiste lo mismo, si te diste cuenta de que en esos instantes solo existíamos nosotros dos en aquella calle bulliciosa y llena de luz.
Todo parecía fluir de forma natural, tu voz, nuestras palabras, los ojos que no dejaban de buscarse… Ya me estaba enamorando.
Desde entonces, no dejaste de querer estar conmigo, tanto que acabaste en mi casa un par de días después. Casi no te conocía y ya sentía que formabas parte: compartíamos recuerdos, reíamos, nos besábamos, hacíamos el amor, comíamos, hacíamos la compra… cada cosa que hacía contigo era diferente a todo lo que había hecho antes y tenía que parar y respirar hondo para que no me temblaran las piernas.
Sin embargo, aunque todo nos unía, aunque el destino nos acercaba cada vez más, a veces tú no te mostrabas, te escondías, frenabas una y otra vez mis sentimientos cuando se aceleraban… Yo, mientras tanto, apenas podía observarte a lo lejos, ver cómo te alejabas apretando los dientes y encogiendo mi corazón en el pecho.
No puedo olvidar la noche que nos besamos, mientras fingíamos ver aquella película que en realidad nunca vimos. Yo sentía nuestra ansiedad, el calor de nuestra cercanía, las ganas de tocarnos… pero tú no hacías nada, solo mirabas la pantalla tenso y silencioso. Acabó la película, te quedaste inmóvil sobre la cama, boca abajo, solo mostrabas parte del rostro, un ojo que me observaba con miedo, el otro escondido. Entonces sentí por primera vez tu miedo a amar, el daño que te habían hecho… Alargué mi mano hacia la tuya y acaricié suavemente tus dedos: estaban rígidos y cerrados pero se fueron abriendo lentamente. Te dejaste acariciar y casi sin darme cuenta te sentí encima de mí, me habías dado la vuelta, preferías que estuviera de espaldas a ti, que no te descubriera mientras te mostrabas desnudo y sin antifaz. Me sorprendiste con un calor que inundó todo mi cuerpo en un instante, tus besos eran escasos y cortos, besabas como alguien que teme ser tragado, devorado en el beso, alguien que teme desaparecer en el otro.
Sentías que no tenías nada que dar, quizá incluso que no eras nada y me pregunto durante cuánto tiempo vivirías pensando eso sobre ti, quién te enseñó a dejar de verte y por qué nadie te ayudó antes. Ahora ya no sé si es tarde, si alguna vez te volveré a ver o si todo aquello que nació entonces entre nosotros quedará para siempre como un recuerdo incierto, un lienzo inacabado, una noche lluviosa y eterna como aquella en la que nos encontramos y nos volvimos a perder.
El dolor pasará con el tiempo, sí, pero yo nunca olvidaré a ese chico que arrastraba una pena y que, sin saberlo, quería amar pero no podía por sentirse inexistente.

Alba Seoane

jueves, 21 de febrero de 2013


Esencia

Hoy he aprendido que uno lleva cicatrices en la sangre,
cicatrices del pasado,
que somos lo aprendido, y lo aprendido está en los ojos, la piel, la carne…
todo tu yo se transforma y se deforma en la experiencia sentida.
Que ni siquiera tus elecciones son tuyas, tampoco los amigos encontrados, el amor inventado…
El azar no existe si uno entiende que nunca se ha conocido, tan solo intuido, a veces, de lejos…
Porque mi exterior es mi único cuerpo, mi más sabido reflejo,
y un día me doy cuenta de que no son tan sinceros los te quiero, ni tan húmedas las lágrimas,
ni tan largos los inviernos.
Si tan solo pudiera captar la esencia, vestirme con su aliento.
La esencia, mi esencia,
aquella que ya existía cuando no había palabras,
ni heridas, solo silencio;
aquella que no conocía la mentira, que no vestía disfraces.

Verdad, solo verdad, sin experiencia ni recuerdo.

Alba Seoane

domingo, 27 de enero de 2013


UN DURO INVIERNO

Porque quiero salir a tu encuentro, sin máscaras ni miedo.
Porque quiero entender lo que significa el verbo amar más allá del silencio.
Porque tú me esperas, sonriendo en medio de un duro invierno,
Y yo no corro, y yo no puedo
mas que observarte ciega y a lo lejos…
Inmóvil en el hielo.
Porque mis palabras ya no suenan, no son mías en esta boca de misterio.
Porque en medio de esta noche ya no hay pasos ni huellas,
tan solo un camino yermo que espera ser recorrido en secreto.
Y yo lo busco, a cuatro patas,
arrastrando mi cuerpo en tu recuerdo.
Sin saber significar ese miedo que uno siente cuando de repente es verdadero.
Y me voy despojando de todas las muecas,
de esa mi piel de payaso solitario y maltrecho,
Y te encuentro, y te siento, como un fulgor pasajero.
Enséñame a amar, amor, no escapes ante mi silencio.
Porque quizá yo tan solo necesite una esperanza, un credo.
Y si ahora te vas, si me dejas sin esa tu sonrisa que siempre espera,
gélida pero sincera,
entonces, amor, perderé todos los caminos, todos los senderos.
No habrá más luz en este invierno.
Caminaré sola en la noche, apenas con el rumor del viento,
Y nunca veré florecer las rosas encarnadas,
esas que había cultivado en mi pecho.

Alba Seoane

viernes, 19 de octubre de 2012



DEBE DE HABER MÁS

Debe de haber más,
tiene que haber más luz y primavera en el Sol,
más bruma y misterio en la noche.
Más, más… más de lo que desconozco.
Vivimos como caídos del cielo,
en una interminable lucha con el tiempo,
y ahí no hay más, y ahí no hay menos,
hay solo pasos en el viento.
Hay prisa sin descanso,
hay angustia de ser sin sentirse.
Hay exilio, del alma…
Hay amargo recuerdo.
Debe de haber más en tus ojos, en tu pecho…
Tiene que ser más libre el pájaro
y salvaje el sentimiento.
Más verdad, más conocimiento,
menos manos estrangulando el intelecto.
Somos aire, somos selva, tierra, árbol,
somos lo eterno…
Porque no puede ser este hermoso mediodía
un minuto más,
tan solo un momento.